Bilbao. La Dirección de Tráfico del Gobierno vasco desenchufará en las próximas semanas once radares de la red viaria, ocho de ellos localizados en el asfalto desperdigado por Bizkaia. La adopción de esta medida (insólita por infrecuente) dicen que se debe a la baja siniestralidad, auque son radares que tienen bajas cantidades de denuncias.
En concreto, y según anunció ayer Amparo López, máxima responsable de la Dirección de Tráfico, los dispositivos que, de forma progresiva, serán desactivados están localizados en las principales calzadas vizcainas y guipuzcoanas: la A-8, la N-240 y la BI-637 en el primero de los territorios; y la A-15 y la GI-21 en el segundo donde dejarán de funcionar otros tres. En tierras alavesas, por el contrario, no se procederá a desconectar cabina alguna ya que su instalación ha sido reciente.
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